El Humano Gigante de 7 metros descubierto en Ecuador

El Humano Gigante de 7 metros descubierto en Ecuador

Hace algunos años, en la provincia de Loja, Ecuador, se encontró los restos de un fósil de un hombre gigante por el El padre Carlos Vaca, el cuál era un sacerdote, músico y arqueólogo.

Él descubrió en el año 1965 un asentamiento de fósiles de gigantes, en donde los exhibía en su museo, que se encontraba en la parroquia de Changaimina, también conocida como el cementerio de dioses.

Carlos Vaca, que era sacerdote de la parroquia, también era un gran apasionado de la arqueología. Esa afición y las amplias menciones sobre leyendas de la zona donde narraban sobre la existencia de «humanos gigantes», le llevó por casualidad al descubrimiento de estos restos, en la expedición de Juan Moricz en la cueva de Tayos.

Él expuso sus hallazgos, en su museo denominado “Museo del Padre Vaca”, donde guardaba muchos objetos que fueron descubiertos en las tierras del Sr. Luis Guamán, incluyendo los huesos de los supuestos gigantes de siete metros de altura que habitaron Ecuador y otras partes de América hace miles de años.

La colección también estaba compuesta de utensilios extraños, minerales y compuestos de “propiedades extrañas” que, según muchos autores, explican muchos misterios arqueológicos que aún no han sido descifrados.

Luego de la muerte del padre Carlos, su contenido fue saqueado y otros enviados a diferentes partes del mundo para analizarlos.

Varios fragmentos fueron enviados al Instituto Smithsoniano de Estados Unidos, para que se estudie su densidad, antigüedad y peso.

También, desde el 2004 se expone una reconstrucción en tamaño real de forma permanente en el museo de Mistery Park en Suiza.

De este esqueleto fragmentado anteriormente mencionado, se estudiaron siete fragmentos por siete diferentes científicos y anatomistas, quienes confirmaron que son parte de un esqueleto humano que era siete veces del tamaño de un humano actual.

Por las formaciones de cuarzo que cubren las porosidades de la superficie de los huesos, se estableció una datación de tiempo estimada en decenas de miles de años.