El Chorro de Oro en Ecuador
El chorro de oro es como se denomina a la ciudad del Ecuador en donde, cada esquina tiene miles de diseños en joyas de diamantes, plata, oro y otros minerales, debes conocerlo es un lugar espléndido lleno de magia e historia.
Chordeleg, se encuentra ubicado en la cuenca del río Santa Bárbara, en la provincia del Azuay, a 42 kilómetros de la ciudad de Cuenca.
Es uno de los cantones con mayor potencial turístico en esta provincia, pues cuenta con varios atractivos que generan el interés de visitantes nacionales y extranjeros.
Es famoso por su artesanía, como cerámicas, bordados a mano, y cuenta con decenas de joyerías en las cuales se destacan los maravillosos trabajos de orfebrería de sus habitantes.
Es un cantón reconocido alrededor del mundo por su maravilloso contenido cultural que es único por la gran calidad de sus obras en artesanías, sean estas en barro, paja toquilla o metales nobles.
En el centro cantonal existen más de cien joyerías, donde se pueden encontrar un sinnúmero de obras maestras en oro, plata, oro blanco y demás metales usados desde hace miles de años por los habitantes de estas latitudes.
En el centro cantonal de Chordeleg, los numerosos almacenes de joyería llaman la atención de todos quienes la visitan.
En varios locales se expenden joyas de todo tipo y para todos los presupuestos, siendo las más representativas aquellas que están elaboradas con la tradicional técnica de la «filigrana».
Pero además en el centro, alrededor de la pintoresca plaza José María Vargas, los turistas pueden encontrar numerosos almacenes en los que se comercializan artesanías locales.
También, en el centro se encuentra el Museo Municipal de Chordeleg, donde se exhiben valiosas piezas artesanales como tejidos de lana gruesa, sombreros de paja toquilla, zapatería y alfarería.
Cabe mencionar que Chordeleg, fue declarado como “Ciudad Creativa” por la Unesco el 31 de octubre de 2017 y Pueblo Mágico del Ecuador en el año 2020. Alrededor de Chordeleg existen varios puntos de interés turístico.
Uno de ellos es el complejo arqueológico de Llaver, ubicado a medio kilómetro del centro cantonal, en la colina del mismo nombre.
Entre los vestigios destacan los andenes y los 14 muros de piedra plana que conforman una especie de caracol o serpiente. Estas construcciones de acuerdo a los arqueólogos, datan del año 1.000 D.C.